"Tinc una vella màxima segons la qual, una vegada has exclòs allò impossible, el que queda, per improbable que paregue, ha de ser la veritat."
<< | Índex | >> El blaverismo en la transiciónEl PSPV, alternativa política de signo nacionalista y socialista, que más adelante se integraría en el PSOE estatal. Llegados a la muerte de Franco y la transición, después de años de represión, se produce una verdadera eclosión de nacionalismos en todo el Estado español. En Madrid ven todo ello con pánico y preocupación. Les preocupa y obsesiona especialmente el nacionalismo catalán, ya que saben que Cataluña era (y es) uno de los principales motores económicos del Estado. Pero más aún que se produzca un contagio del nacionalismo catalán por València. Porque el País Valenciano era (y es) otro de los motores económicos de España. Y si se unieran Cataluña y València, juntos representarían alrededor de un tercio de la riqueza económica del Estado. El Estado español entonces juega fortísimo. Y juega donde tiene posibilidades de éxito (Cataluña en cierto modo la dan por perdida): el País Valenciano. Se ponen en marcha todos sus agentes: desde posiblemente los servicios secretos hasta todos los medios con los que pueden contar (prensa, intelectuales, televisión, etc.). Es en este contexto que surge la "lengua valenciana" que hemos nombrado anteriormente y la deserción de Casp y Adlert. Para evitar la unión del País Valenciano con Cataluña, se inventan, pues, el anticatalanismo, que hoy todavía dura (si bien muy debilitado y ya no tan fuerte como en la transición). En la expansión de este anticatalanismo se sirvieron de un diario: "Las Provincias" (de 1978 hasta 1999 aproximadamente, cuando tiraron su directora, María Consuelo Reyna, de la que hablaremos a continuación); de un movimiento socio-festivo: las fallas (por lo menos en la transición la gran mayoría de las fallas eran abiertamente blaveras. Hoy por suerte no es así del todo, aunque todavía quedan fallas blaveras). Y también de un movimiento de masas: el València C.F. (siempre ha sido pro-blavero y podemos decir que desde la transición hasta hace muy poco fue el lugar más utilizado por los blaveros para difundir su mensaje). Pero para este movimiento, evidentemente, era necesaria una elaboración doctrinal. Y ésta se la dieron principalmente tres personajes: Fernando Abril Martorell, Emilio Attard y Manuel Broseta. Aparte de ellos, debemos destacar la participación en el nacimiento oficial del blaverismo otros tres personajes: Juan Ferrando Badía, María Consuelo Reyna y Gustavo Villapalos. De todos ellos (excepto de Gustavo Villapalos, de quien hablaremos en otro apartado), vamos a hablar a continuación: Recomendamos también como material adicional el documental Del roig al blau realizado por la Universidad de València, que cuenta con testimonios únicos de algunos de los protagonistas de los hechos de aquellos años. |