"Omnia flumina intrant in mare, et mare non redundat"
(Tots els rius van a parar a la mar, i la mar no es desborda.)
<< | Índex | >> Casp y AdlertGrupo Torre. De izquierda a derecha, de pie: Francesc Navarro, Rafael Villar, Joan Fuster, Jaume Bru, Emili Beüt, Xavier Casp, Miquel Adlert i Lluís Margarit; sentados: Josep Sanç Moia, Maximilià Thous, Miquel Dolç i Francesc Bort. Mucho se ha escrito sobre la pintoresca e increíble "conversión" de estos dos personajes al blaverismo, proviniendo los dos del catalanismo más estricto, siendo los fundadores y sustentadores de la Editorial Torre (primera que en los años 40 publicó en valenciano). Y siendo, todo hay que decirlo, los principales pilares del valencianismo literario y aun político de los años 40 y 50 del pasado siglo. Así mismo, como hemos dicho, tanto uno como otro fueron en sus inicios, lo que después criticarían, "catalanistas". Por ejemplo Casp ganó premios literarios fuera del ámbito valenciano en diversos certámenes "en lengua catalana" (Flor Natural de los Juegos Florales de la Lengua Catalana de Perpinyà, en 1950; Englantina de Oro de los Juegos Florales de la Lengua Catalana de Nueva York, en 1951; Primer Premio de Narrativa de los Juegos Florales de la Lengua Catalana de Tolosa del Lengadòc (Toulousse), en 1952). Y Adlert propugnó durante mucho tiempo el término "Comunidad Catalánica" para referirse a los territorios donde se habla la lengua catalana. Parece ser, no obstante, que tanto Miquel Adlert (Paterna [Huerta Norte] 1911-València 1988) como Xavier Casp (Carlet [Ribera Alta] 1915- València 2004) no eran tan nacionalistas como decían. Ambos estaban bien integrados en la clase alta valenciana (no en vano Adlert era juez) y políticamente se puede considerar que eran de derechas. Ambos además eran escritores de profunda inspiración cristiana, y parece ser que su fe cristiana la vivían desde la beatería más rampante. Estos dos factores son importantes para entender su posterior evolución. El hecho de que fueron derechistas y defensores, por decirlo así, del orden establecido, explicaría su enfrentamiento con Fuster y otros, que propugnaban unas políticas más bien de izquierdas y planteaban por primera vez en la política valenciana, opciones políticas explícitamente soberanistas. Parece también que los dos tenían una personalidad egocéntrica, en la que querían los dos ser los líderes indiscutibles del valencianismo de posguerra, y tenerlo controlado a su gusto. A partir de los años 50 del s. XX, sin embargo, salió una nueva generación de valencianistas: Joan Fuster, Enric Valor, Manuel Sanchis Guarner, Santiago Bru i Vidal, etc. Parece ser que Casp y Adlert nunca pudieron digerir la aparición de una nueva generación de escritores y pensadores, intelectualmente más preparada que ellos, y que necesariamente los hizo pasar a un segundo plano. Aparte de esto, desde los años 50 y más aún los 60, se empiezan a propugnar para el valencianismo esquemas abiertamente rupturistas con el Estado español, y socialmente de izquierda y comprometidos. El punto máximo de todo ello es la publicación en 1962 de "Nosaltres els Valencians", de Joan Fuster. Era evidente que a personas tan de derechas y conservadoras como Adlert y Casp eso les disgustó enormemente. Y en concreto, el enfrentamiento con Joan Fuster fue inmediato. Todo esto fue aislando cada vez más Casp y Adlert del resto de valencianistas. Parece ser que al principio la cosa quedó en sólo eso: Un enfrentamiento y distanciamiento personal. Lo más grave fue cuando, en los años 70 del s. XX, Casp y Adlert empezaron a elaborar unas disparatadas teorías sobre la existencia de una supuesta "lengua valenciana", diferente a la catalana [el pionero fue Adlert con su libro "En defensa de la llengua valenciana", de 1977. Y con su postura parece ser que arrastró su amigo íntimo Casp]. Aparte del disparate científico que esto supuso, con la invención de esta "lengua valenciana", Casp y Adlert rompieron el consenso que los valencianos habían alcanzado en 1932 en cuanto a la normativización lingüística con las Normas del 32. Curiosamente, en la difusión y propagación de estas normas en la sociedad valenciana, tanto Casp como Adlert tuvieron parte destacada y dedicaron muchos esfuerzos durante muchos años antes de su deserción. Todo ello desembocó en la elaboración de las estrambóticas "Normas del Puig" secesionistas a principios de los 80 del s. XX, en la elaboración de las cuales, por supuesto, estos dos personajes tuvieron una destacada participación. Todo ello unido a una radicalización cada vez mayor anticatalana. Al final, los dos fueron las figuras, al menos intelectualmente, punteras del anticatalanismo de la transición. También es muy posible que, teniendo presente el interés de las fuerzas estatalistas en hacer nacer un anticatalanismo opuesto a Cataluña en el País Valenciano, estos dos personajes "se vendieron" al "oro madrileño" (harían, pues, lo contrario de sus enemigos, a los que acusaban de venderse al "oro catalán"). Podemos decir, sin embargo, que tanto uno como otro en cierto modo reconocieron su error hacia el final de su vida. De Adlert se dice que murió desengañado y desencantado del blaverismo, y sólo su orgullo desmedido le impidió reconocer públicamente su error. Xavier Casp aceptó al final de su vida implícitamente la unidad de la lengua, al aceptar ser miembro de la Academia Valenciana de la Lengua en 2001, que regula hoy día el valenciano en base a las Normas del 32. Sin embargo, dimitió un año después, en 2002, por motivos de salud y por la presión y amenazas de los blaveros. |