Descarregueu  el navegador Mozilla Firefox, per a una visualització web millor i més segura
Descarregueu l'Adobe Reader, per a documents PDF
lang: ca lang: en lang: es lang: de

<< | Índex? | >>

¿“Catalán” o “valenciano”?: En torno al secesionismo lingüístico en el País Valenciano

(ZfK, 6. 1993. 97-120)

Hans-Ingo Radatz (Universidad Otto-Friedrich de Bamberg)

(Traducido del texto original en alemán)

La ausencia de unanimidad respecto a la adecuada denominación del catalán en el País Valenciano tiene una larga tradición. La abundancia originaria de denominaciones (romanç pla, llemosí, catalanesc, etc.) se ha reducido a dos alternativas a lo largo de los años: catalán o valenciano, las cuales hasta el día de hoy siguen siendo de uso corriente. No obstante, se deben de diferenciar dos fenómenos en este contexto, que aparecen a menudo combinados pero que no necesariamente van unidos. Por un lado, el uso de diferentes denominaciones para el catalán de Valencia. Por el otro, el postulado según el cual el valenciano es una lengua independiente y propia. La utilización de la denominación valenciano no implica en cualquier caso esta posición secesionista, a lo largo de la historia:

“Ya se ha dicho que los escritores valencianos que en los siglos XV i XVI daban normalmente el nombre de “valenciana” a su lengua vernácula, no pretendían negar la unidad idiomática de Valencia con Cataluña y Mallorca [...] (SANCHIS GUARNER 1983: 39) [1] .

Ja en el siglo XVIII, durante la llamada decadència, uno de los primeros que formuló la hipótesis de una lengua valenciana propia fue Marc Antoni Orellana, aunque no tuvo influencia práctica, dado que los autores de esta época en cualquier caso, escribían casi exclusivamente en castellano, mientras que el valenciano era la lengua coloquial para usos poco importantes, en caso de lo cual optaban por él.

Con el inicio de la Renaixença (movimiento de recuperación de la lengua y cultura propias del área catalanoparlante que tuvo lugar en el s. XIX) se formaron en Valencia dos grupos con diferentes orientaciones respecto a la lengua:

“Por un lado estaba el grupo moderado, restaurador y cultista, de Llorente, Querol, Labaila [...], intelectuales “felibres” de escasa influencia en la burguesía valenciana, la castellanización de la cual apenas combatían. Por el otro estaba un sector más vitalista pero ciertamente menos culto, el de Constantí Llombart, Escalante, Liern [...], generalmente autodidacta de ascendencia menestral e ideario liberal o republicano, más atraídos por la vertiente popular que por la erudición”. (SANCHIS GUARNER 1983: 46) [2] .

Mientras que los primeros, los “cultistas”, escribían en un idioma arcaizante, que llamaban llemosí y que era prácticamente idéntico con formas semejantes en Cataluña y Mallorca, usaba el segundo grupo un valenciano de tono fuertemente regional, coloquial y lleno de castellanismos tomados de manera poco crítica, que con ayuda de las soluciones ortográficas castellanas casi reproducía la lengua hablada. Un típico ejemplo de esta primeriza, prenormativa grafía es la siguiente explicación teatral de El virgo de Visanteta (1845) de Josep Bernat i Baldoví:

“La cantá [cantada] esta pasa en el poble de Favára, en lo reyne de Valensia. El treato [sic!] representa cuansevól cosa; una sala, un corrál, ó una pallisa, y encara que siga un estable, no vól dir res. [...] Si hiá cadires, bé, y si no niá també; el que vullga que s’asente en terra. En la paret frontera dos cuadros penchats, la ú del Pare Etern, y l’altre de Sen Róc; [...]. Yaurá també dos o tres portes tancáes [tancades], que no se sap ahón cauen, y si no les tanquen, millór. [...] Arreglat ya tot asó, encesos els cresolets, y depues de pegár sét, ú huit trompaes [trompades] la orquesta, pucha capamunt el teló, y escomensa la festa. (BERNAT I BALDOVÍ 1977: 7-8) [3] .

El conflicto entre ambas posiciones en la mayoría de los casos, no era sobre si se debía de escribir catalán o valenciano, sino más bien en qué medida la lengua literaria escrita debía o podía alejarse de la lengua hablada coloquial. La posición de los “anticultistas” o “vulgaristas” (Sanchis Guarner 1983: 46) fue representada por ejemplo por el gramático Josep Nebot i Pérez, el cual en su gramática de 1894 propuso una grafía fuertemente dialectal semejante al patois. Como nos muestra la sigüiente cita de sus Apuntes para una gramática valenciana de 1894, consistía el problema para Nebot no en qué lengua se hablaba en Valencia, sino según qué criterios debería ser escrita; aunque lo rechaza, toma en consideración la posibilidad de una aceptación de la lengua catalana escrita:

“[...] creo sinceramente que ha llegado el momento de escribir dos gramáticas diferentes: [...] la literaria y la popular. La primera, que la escriba Lo Rat Penat, o quien tenga autoridad para ello (si no se quiere adoptar la catalana literaria, que sería tal vez lo más prudente), y la segunda, que hoy damos al público [...]” (Citado en SANCHIS GUARNER 1983: 47).

A los más radicales representantes de una ortografía anticultista perteneció Josep Mª Bayarri, el cual en numerosas publicaciones quiso elevar su subdialecto apitxat a lengua de literatura universal: “Ara nosatros, avem netexat, fiqsat i depurat de grafies apsurdes la esqritura de la nostra llengua, fasilitanla a tots per a qe tots els qe parlen l’idioma sapien llexirlo i qonseqüentment esqriurel” (Citado en SANCHIS GUARNER 1983: 187) [4] .

Ninguna de estas propuestas normativas pudo no obstante imponerse, aunque la necesidad de una norma obligatoria general era cada vez más grande.

En la medida en que la obra de normalización del Instituto de Estudios Catalanes avanzó (Normas Ortográficas 1913, Gramática Catalana 1918 y Diccionario general de la lengua catalana 1932), empezó así pues a imponerse la normativa fabriana también en el País Valenciano. De facto se acabó la discusión sobre la ortografía en Valencia con la aceptación de las llamadas Normes de Castelló en 1932, las cuales fueron firmadas por representantes de casi todos los círculos e instituciones competentes [5] . Este acuerdo significó una recepción y aceptación, con leves modificaciones, de la normativa de Pompeu Fabra, lo cual fue posible así, porque Fabra en cualquier caso siempre había tenido en consideración la totalidad del ámbito lingüístico catalán, y no, como la mayoría de los otros, se limitaba a la transcripción de su propio dialecto. El significado histórico de este compromiso fue muy claro para los firmantes, y se refleja en la solemnidad de las formulaciones:

“[...] Esa es nuestra gran satisfacción. Los escritores e investigadores del País Valenciano, las corporaciones y publicaciones más preparadas de nuestra tierra, con un patriotismo que nunca será suficientemente ensalzado, han llegado al acuerdo transaccional que supone el sistema que aquí se expone. No es necesario que se diga que no hay ningún vencido, pues las autoridades filológicas abajo firmantes mantienen sus puntos de vista científicos, garantía viva de nuevos progresos [...]” (de las Normes de Castelló. Citado en PÉREZ MORAGÓN 1982 (a). 135-6) [6] .

La aceptación generalizada de las Normes de Castelló fue posible sobre todo gracias a su diplomática redacción: Por un lado se limitaba a una codificación de la ortografía, no del léxico y la morfología; por el otro fue substituída la denominación de la lengua a normativizar por fórmulas como “la lengua vernácula”, “el habla del País Valenciano”, “la lengua propia” o “nuestra lengua”, con el fin de posibilitar la firma de estas normas por parte tanto de pancatalanistas como de secesionistas. En realidad estaba claro también para los defensores de la identidad idiomática del valenciano que su firma de las Normes de Castelló significaba una aceptación de la normativa del catalán.

Evidentemente se alzaron en Valencia voces (igual que en Cataluña y las Islas Baleares) contra estas normas; no obstante entre aquéllos que escribían realmente en catalán (ya fueran periodistas, escritores, científicos, etc.) encontraron una aceptación casi unánime. Hoy día, setenta años después de la aprobación de las Normes de Castelló, forman éstas el fundamento de la vida intelectual que se expresa en valenciano en la Comunidad Valenciana [7] ; las escuelas y universidades, la totalidad de los órganos de la Generalitat Valenciana así como todos los escritores más importantes (Vicent Andrés Estellés, Joan Fuster, Joan F. Mira, Enric Valor, Josep Piera, entre muchos otros) utilizan la lengua catalana escrita, muy escasamente modificada para adaptarla a las peculiaridades valencianas [8] .

A pesar de este éxito aparente creció en Valencia la reivindicación de poner freno a un supuesto imperialismo catalán. Los secesionistas insisten en la plena independencia de la lengua valenciana y ven en la lengua estándar usada en todas partes y firmemente establecida en Valencia desde hace setenta años un sistema de una lengua “extranjera” (el catalán). Hasta hace poco este debate era más bien un tema de sociedades locales y de filólogos excéntricos, pues por un lado la aceptación de las Normes de Castelló era apabullante (las cuales por lo menos implícitamente parten de la unidad lingüística de los Paísos Catalanes), y por el otro hubo unanimidad a la Lingüística y Romanística internacional de que el “valenciano” debe incluirse dentro de la continuidad dialectal de la lengua románica occidental que se denomina científicamente de manera unánime como “catalán” y que se extiende desde la ciudad de Salses, hoy dentro del Estado francés, hasta la valenciana Guardamar [9] . Destacados científicos se han pronunciado de manera repetida contra la posición secesionista y han negado su posible fundamentación científica [10] .

Durante mucho tiempo habían existido en Valencia los círculos hoy anticatalanistas alrededor de la organización Lo Rat-Penat y en el ámbito de los Jocs Florals [Juegos Florales] sin grandes confrontaciones al lado de las organizaciones orientadas al catalanismo, e incluso en algún momento habían cooperado. Al principio con la agonía del régimen franquista y el inicio de la democracia se acabó esta “coexistencia pacífica”, y empezó a partir de 1974, aún en tiempos franquistas, una campaña anticatalanista, que persiste hasta nuestros días. En este contexto debe contemplarse la fundación de la Academia de Cultura Valenciana [11] . Ella se originó el 31 de enero de 1978 a partir del cambio de los estatutos y del nombre del anterior Centro de Cultura Valenciana, fundado en 1915 y que era una organización en gran parte castellanizada, que no había mostrado nunca un gran interés en cuestiones lingüísticas, aunque también había firmado el 1932 las Normes de Castelló (“[...] incluso [había] defendido públicamente la unidad del catalán”. SEBASTIÀ 1991 (a): 10) [12] . A pesar de que con el cambio de estatutos se fundó una institución totalmente nueva, se apropia la Academia no obstante de la tradición de su organización predecesora y celebró por lo tanto el 1990, doce años después de su fundación el 75 aniversario de su existencia.

La Sección de Lengua y Literatura de esta institución empezó su actividad con la elaboración de una nueva normativa valenciana, que en realidad se basaba en las propuestas que había publicado una figura estrechamente asociada con la prensa del Movimiento: Miquel Adlert, en su libro En defensa de la llengua valenciana: perquè i com s’ha d’escriure la que es parla (1977). Los intentos de oficializar esta normativa ortográfica en el marco del proceso preautonómico fracasaron. Después de este fracaso convocaron los defensores de la normativa secesionista a sus partidarios el 7 de marzo de 1981 en el Monasterio del Puig (así pues se habla de Normes del Puig) y se reunieron allí según el tenor de su manifiesto:

“[...]firmas de un millar de intelectuales y representantes de entidades culturales del Reino de Valencia a la Academia de Cultura Valenciana, en apoyo de las normas ortográficas establecidas para la lengua valenciana, por la sección de lengua y literatura de dicha Academia” [13] (citado según PÉREZ MORAGÓN 1982 (b): 35)”.

En realidad fracasó no sólo el intento de institucionalizar las Normes del Puig; sino también, el aspecto aún más importante de la aceptación práctica de estas normas por los hablantes de la lengua fue un fracaso total, incluso dentro de la propia organización:

“Pero dentro de la Academia estas normas tampoco son aceptadas con unanimidad. Para la gran mayoría de los miembros, no dejan de ser una anécdota ya que nunca usan el valenciano y escriben siempre en español. Todas las publicaciones y comunicados, a excepción de los de la sección filológica, están también redactados en español”. (SEBASTIÀ 1991 (a): 11) [14] .

La actualidad política de los últimos tiempos dieron de nuevo una renovada actualidad a este tanto científicamente com políticamente en realidad más que discutido debate y una hasta entonces desconocida dimensión. Después de les elecciones municipales de 26 de mayo de 1991 cambiaron las relaciones de fuerzas políticas en el Ayuntamiento de la ciudad de Valencia, en el cual hasta entonces los socialistas del PSOE habían gozado de la mayoría. Las elecciones llevaron a los conservadores del PP al poder, en coalición no obstante con los regionalistas de derechas de Unió Valenciana con su presidente Vicente González Lizondo. Éste era conocido no sólo por su populismo, sino especialmente por su militante anticatalanismo. Después de estas elecciones se ha dado la situación de que representantes de la posición más bien sectarizada secesionista dispusieron de poder político real, para dar forma a su anticatalanismo también de forma administrativa, y esto sólo de manera momentánea en la ciudad de Valencia [15] . Las peores previsiones se confirmaron después de las elecciones; la concejala María Dolores García Broch (UV) manifestó diversas veces, que ella quería en su ámbito de influencia substituir textos completos en ortografía normativa por textos en ortografía secesionista de la obscura Academia de Cultura Valenciana:

“La semana pasada, María Dolores García Broch, concejala por Unión Valenciana en el Ayuntamiento de Valencia y responsable del área de educación, anunciaba que daría órdenes para cambiar los rótulos escritos en Valenciano en los museos de la ciudad y que también se cambiarían las normas en que su concejalía redactaba las notificaciones a las escuelas. Según la concejala, era sencillamente “corregir los textos a verdadero valenciano”. Las normas que forman este “verdadero valenciano” no son otras que las de la Academia de Cultura Valenciana. [...] La Academia tiene desde este momento un apoyo como guía en materia lingüística que nunca antes había tenido. [...] Ahora es el Ayuntamiento de la ciudad más importante de la región valenciana, o como mínimo una parte [...] quien la eleva a la categoría de autoridad. La secesión del catalán se institucionaliza”. (SEBASTIÀ 1991 (a): 10) [16] .

Una de las más nuevas contribuciones de los secesionistas a esta materia de discusión es la Gramática de la lengua valenciana del bachiller Antoni Fontelles y de los licenciados en Filología Hispánica Laura García y Joaquim Lanuza, los tres colaboradores de la Sección de Lengua y Literatura de la Academia, del año 1987 [17] . Al libro se le hubiera prestado seguramente poca atención en los círculos científicos en condiciones normales, pero con el cambio de las circunstancias externas, ha ganado una nueva actualidad. Dentro del debate ortográfico, no es una contribución entre muchas, sino el último y quizá más ambicioso intento de presentar el habla de Valencia como independiente del catalán y de otorgar dignidad científica a la posición secesionista. El libro se presenta en su título, en su índice y en la terminología usada como una publicación científica y no como un trabajo de cultura popular; en este sentido sorprende en cuánta cantidad en la Comunidad Valenciana este libro fue vendido o como mínimo ofrecido, [18] y no se puede dejar de pensar que círculos influyentes promovieron enérgicamente su difusión.

Libros con el título “Gramática” pueden tener diversos propositos. El preámbulo de Xavier Casp manifiesta cuáles de ellos los autores (no) pretenden haber seguido:

“Lo que no hay duda es que no es tradicional, ni comparada, ni histórica, ni -por descontado- normativa o preceptiva, porque esto último no es atributo de autores personales; [...]” (FONTELLES/GARCÍA/LANUZA 1987: 10) [19] .

La propuesta (y la defensa argumentativa) de una normativa es no obstante asunto de autores singulares y ya una ojeada rápida al índice muestra que una considerable parte del libro está dedicada a temas ortográficos y prescriptivos. En realidad y a pesar de todas las afirmaciones del Preámbulo la normativización ortográfica y morfológica de la lengua valenciana es sobre todo el deseo de esta publicación, por detrás de lo cual todas las cosas restantes pasan a segundo término. Siendo honestos, debería de ser el título del libro más bien Las Normas de la Academia de Cultura Valenciana. En contra de la primera impresión, se dirige el libro no a un público académico, sino a un público lector genérico interesado en el tema, sin conocimientos previos filológicos. A este público lego en la materia se le proporciona, sin la más mínima intención de seguir una argumentación, con una terminología ostentosamente científica una opinión minoritaria y totalmente insignificante en círculos especializados, como si se tratara de indiscutibles “concocimientos científicos” [20] . El catalán, que se nombra no obstante en todo el libro sólo dos o tres veces, se presenta como una lengua evidentemente extranjera. Los autores no ven ninguna razón para dar argumentos sobre la necesidad de una reforma ortográfica.

Viendo su renovada actualidad, en el futuro debería presentarse la posición secesionista, en sus argumentaciones y reivindicaciones de una manera crítica. Hay toda una serie de siempre repetitivos τοπόι en la argumentación secesionista, que la sigüiente cita de Laura García resumen:

“[...] se puede considerar la independencia de la lengua valenciana por las siguientes causas: culturales (como parte de la cultura valenciana y transmisora de ella, la denominación que le coresponde es la de lengua valenciana); literarias (los escritores del primer Siglo de Oro de las lenguas neolatinas escribían en valenciano y así denominaban a la lengua); históricas (el primitivo romance nació en Valencia y aquí se desarrolló dando paso a la formación de la lengua valenciana) y lingüísticas (las diferentes influencias que ha recibido la lengua valenciana le han proporcionado unas características propias y unas particularidades diferentes)” (Laura García Bru en el diario Levante del 1 d’octubre de 1980. Citado en PÉREZ MORAGÓN 1982 (b): 38-9).

El primer argumento, es decir las “causas culturales” no es en realidad ningún argumento, sino una fácil definición de una palabra, que no tiene nada que ver en cualquier caso con la terminología científica. La relación de la “lengua valenciana” respecto al catalán no es nunca objecto de trifulca, sino que siempre se presenta como algo no problemático –según el punto de vista de los secesionistas se trataría de dos lenguas totalmente diferentes. El argumento se basa en el siguiente (y evidentemente erróneo) silogismo:

  1. Premisa: Quien es catalán, habla catalán. (=Sólo los catalanes hablan catalán).
  2. Premisa: A no es catalán (sino valenciano).
  3. Conclusión: A no habla catalán.

La indicación de que el cubano no es castellano, o de que el australiano no es inglés, no ha conducido aún a los secesionistas a modificar su posición. Las diferencias objectivas entre el catalán hablado de Valencia y el de Cataluña son mínimas, ciertamente si no se toma en consideración un hablante de xava (barcelonés contaminado que se puede oir en TV3) y el apitxat castellanizado de la ciudad de Valencia, sino por ejemplo un hablante del catalán occidental de Lérida y uno de Denia. Si se quisieran implantar en la República Federal de Alemania lenguas escritas propias, partiendo de la base de les más grandes diferencias diatópicas, tendríamos como mínimo en el ámbito lingüístico del hochdeutsch las sigüientes “lenguas”: francón-moselano, francón-renano, ripuario, turingio, sajón superior, francón meridional, francón oriental, suabo-alamánico, y bávaro-austríaco.

En la fase constitutiva antes de 1932, en que en Valencia reinaba aún una total anarquía ortográfica y normativa, hubiera sido aún concebible una ruptura normativa de una lengua escrita valenciana respecto al moderno catalán, aunque con esta ruptura se hubiera reforzado aún más la castellanización general. Separada por una parte de la brillante tradición escrita medieval, estaba la dialectalización muy avanzada en todo el ámbito lingüístico catalán, por otra parte no se había dado prácticamente nunca un conocimiento mutuo de las variantes dialectales. El valenciano se hubiera desarrollado entonces en el sentido que indica KLOSS 1967, como una lengua estándar independiente del catalán, como un tipo de lengua al que podemos aplicar la denominación Ausbausprache [lengua por elaboración], que ha introducido Kloss. En vista del hecho reconocido por todos de que el término “lengua” comprende tanto un componente lingüístico como un componente sociocultural, diferencia Kloss según el tipo de su individualización dos clases de lenguas: en primer lugar la Abstandsprache [lengua por distancia], a la que sólo a causa del grado de su diferencia objectiva respecto a otras se le puede atribuir el estatus de una lengua; por otra parte la Ausbausprache [lengua por elaboración], que a causa de sus rasgos distintivos materiales globales podría ser concebida como variante de otra lengua, pero sus hablantes, a través de un proceso consciente de diferenciación la han constituído como lengua independiente [21] (como por ejemplo el nynorsk noruego, que ha surgido a través de una delimitación consciente a partir de la lengua estándar danesa). Cuando no obstante el 1932 con la firma de las Normes de Castelló se acabó con el caos normativo, significó esto una clara decisión contra la opción de una lengua propia “neovalenciana” y a favor de la opción de una lengua estándar policéntrica pancatalana, que en el día de hoy está firmemente establecida.

Como segundo argumento para la independencia del valenciano alega García las “causas [...] literarias”. Como ya hemos indicado anteriormente, la expresión “lengua valenciana” no implicaba para los autores clásicos de ninguna de las maneras que no utilizaran la misma lengua en la que se escribía y se hablaba también en Barcelona o la Ciudad de Mallorca (vide sobre esto: SANCHIS GUARNER 1983: 21-47). El mismo Carles Salvador, el quizá más importante difusor de la lengua catalana estándar escrita en el País Valenciano, le dio por título a su gramática, en múltiples ediciones difundida, Gramática Valenciana, sin que con esto quisiera cuestionar la unidad del catalán. Así mismo, conlleva el argumento una implícita mezcla de ambos fenómenos separados que estamos considerando: por un lado la denominación, por el otro la identidad de la lengua.

Como tercer argumento, cita García “causas [...] históricas”, y hace alusión a esto: “[...] el primitivo romance nació en Valencia y aquí se desarrolló dando paso a la formación de la lengua valenciana” [22] .

García hace referencia a la hipótesis de que los conquistadores catalanes de Valencia se habrían encontrado allí una población autóctona mozárabe, que habría mantenido su lengua románica. El catalán no habría llegado así a Valencia a través de los catalanes, sino que se habría desarrollado de manera autónoma a partir del mozárabe (quod esset demonstrandum...). Filólogos e historiadores discuten hoy aún si el mozárabe valenciano en el momento de la conquista catalana se habría conservado en zonas aisladas, o si había desaparecido totalmente. Hoy de manera general se suele descartar la probabilidad de una supervivencia tan masiva del mozárabe, como presupone la hipótesis antes citada: [23]

“¿Había una comunidad de mozárabes que hablaban una lengua románica que dio la bienvenia a Jaime I y sus invasores? La tesis es popular pero insostenible. Un muy pequeño grupo de mozárabes, especialmente entre las clases bajas, podría haber sobrevivido a las persecuciones y emigraciones masivas bajo los almohades, y habría influenciado el catalán de los cruzados hacia una forma valenciana. Las abundantes fuentes de los cruzados guardan silencio de forma lapidaria sobre tales supervivientes, ni sirvieron tampoco en ningún momento como intermediarios durante o después de la cruzada” (Robert I. Burns; Citado en FERRANDO 1989: 118) [24] .

Las teorías en un sentido diferente de A. Ubieto y otros historiadores valencianos las describe Antoni Ferrando como

“[...] caracterizadas por una manipulación interesada de los hechos históricos y por una metodología poco rigurosa al servicio de una ideología españolista y, en definitiva, antivalenciana”. (FERRANDO 1989: 123-4) [25] .

El cuarto y último argumento que cita García, las “causas [...] lingüísticas”, nos indica que “[...] las diferentes influencias que ha recibido la lengua valenciana le han proporcionado unas características propias y unas particularidades diferentes” [26] .

Este argumento es, hilando fino, correcto no obstante, pues deja abierta totalmente la posibilidad de que el valenciano sea una variante del catalán con “unas características propias y unas particularidades diferentes”.

Junto a estos cuatro argumentos de García, aparecen aún algunos argumentos adicionales. El punto crítico más importante de los secesionistas respecto a la lengua escrita catalana estándar suele formularse de manera típica así:

“Las normas [de Castelló; H.-I. R.] eran una simple copia (en algunos aspectos muy mala) de las hechas por Pompeu Fabra para la lengua catalana anteriormente. [...] en estas bases hay notables insuficiencias: a) de redacción de las normas, b) de explicación y documentación, c) de fundamentación lingüística, d) de ausencia de grafías y, en pocas palabras –la más importante-, e) falta de adecuación a la realidad actual de la lengua valenciana [...]” (FONTELLES/GARCÍA/LANUZA 1987: 19) [27] .

El principal reproche parte de la base de decir que la lengua escrita catalana estándar en diversos aspectos se aleja de la lengua hablada coloquial. Para formular este reproche se parte de la base de una idea precientífica, que olvida, que las lenguas estándares normativas son sistemas convencionales, que tienen una función a cumplir totalmente concreta: el conseguir una variedad diatópica estándar sin rasgos específicos, como podemos encontrar en todas las lenguas de cultura europeas. Esto implica en muchos casos que en caso de formas concurrentes, sobre las bases de una convención, se elige una, mientras que las otras se excluyen de la variedad estándar (sin que esto necesariamente implique que pierdan su legitimidad como formas regionales habladas). Su función principal de suprarregionalidad la puede realizar una lengua estándar en la medida en que toma tales decisiones. Evidentemente hay muchos aspectos de una lengua estándar que se pueden criticar: Pueden ser más o menos fáciles de aprender, pueden perjudicar unos dialectos más que otros, pueden ser predominantemente etimológicas o predominantemente fonéticas –lo que no se les puede recriminar hablando en propiedad es que se aparten en aspectos concretos de una variedad regional, ya que ésta precisamente es su misión. Quien así pues critique que las Normes de Castelló reproducen el valenciano de una manera deficiente, dice una cosa tan absurda como si se rechazara la aplicabilidad del español estándar escrito para Andalucía sobre la base de que no se corresponde con la realidad lingüística actual de los habitantes de Andalucía.

El problema de la suprarregionalidad (incluso centrándose en el ámbito valenciano estrictamente) no se trata nunca por los secesionistas. Encontramos repetida la sorprendente afirmación según la cual la lengua escrita, cuando estuviera depurada de todo “lastre” externo, sería fácilemente dominada sin cometer faltas por todo valenciano y no haría falta ningún esfuerzo de aprendizaje, después de una simple explicación de los principios fundamentales. La idea la encontramos ya en Josep Mª Bayarri (vide SANCHIS GUARNER 1983: 187), quien opinaba que quien supiera leer la lengua, sabía también escribirla. Aparece de nuevo en otra forma en el Preámbulo de la Gramática de la lengua valenciana de FONTELLES/GARCÍA/LANUZA, donde Xavier Casp opina de sí mismo:

“Yo –como cualquiera- ya hablaba y escribía antes de ver una gramática” (FONTELLES/GARCÍA/LANUZA 1987: 10) [28] .

Aquí está claro que para Casp el valenciano es evidentemente algo tan secundario (respecto al castellano), que él ya no es consciente de eso- pues el castellano no lo podría seguramente haber escrito antes de dar una ojeada a un libro de escuela o a una gramática. La demanda de un dominio de la lengua escrita sin esfuerzo presupone o bien una total homogeneidad diatópica y diastrática de la lengua de una manera no realista, o bien parte de una idea de lengua escrita que no toma en consideración las necesidades de una lengua moderna de cultura y de comunicación. Hoy está totalmente reconocido que

“ [...] las lenguas históricas, en la medida en que éstas son transmisoras de una cultura avanzada, procuran estar estratificadas en un langage transmis (lenguaje transmitido) y un langage appris (lenguaje aprendido). [...] Las dimensiones de construcción lingüística que conllevan la universalización y la compactación [...] hacen que la variedad estandarizada se convierta en un sistema lingüístico, el cual respecto a la lengua popular requiere un importante y riguroso esfuerzo de aprenendizaje” (PETRUCK 1991: 32-3) [29] .

Los secesionistas entienden por el contrario su ortografía valenciana como una simple transcripción fonética o fonémica del valenciano [30] .

Un simple ejemplo es ilustrativo de que un acercamiento a la lengua hablada sólo a primera vista y sólo para los hablantes de la variedad que se toma por base, necesariamente y estrechamente muy limitada, representa una simplificación. Las Normes del Puig rechazan por ejemplo la forma < nosaltres >, con la argumentación implícita que esta forma es “catalana” y no existe en la Comunitat Valenciana. En lugar de ésta utilizan la auténtica forma valenciana < nosatres >. Una ojeada a la entrada “NOSALTRES” del Diccionario Catalán-Valenciano-Balear relativiza esta pretensión. En realidad conoce el catalán 35 variantes locales de la palabra “nosaltres”, mientras que la forma nozáltres [31] propiamente dicha a nivel coloquial está documentada sólo en dos lugares: en Sort (Pallars Sobirà) y Pont de Suert (Alta Ribagorça)-es decir, en la Cataluña estricta la ortografía fabriana no reproduce la forma fonética mayoritaria. Sólo para el ámbito del País Valenciano cita el DCVB siete variantes de “nosaltres”: nozátres, nozátros, nátros, mozátros, mosátros, moátros, mátros. Así pues, ¿cuál de estas formas es la forma auténticamente valenciana? La opción por < nosatres > parece desde esta óptica bastante arbitraria; en cualquier caso los usuarios de las restantes seis variantes, no sólo a la hora de aprender la normativa fabriana, sinó también al aprender las Normes del Puig, deberían aprender una nueva forma “de lengua escrita”, que no concordaría con la que ellos acostumbran a utilizar de forma espontánea. En consecuencia sería válido para las Normes del Puig afirmar que ellas, en contra de su pretensión, en la medida que reducen el esfuerzo de aprenendizaje para los hablantes de un subdialecto, lo aumentan para los hablantes de otras variedades [32] .

Desde un punto de vista lingüístico, la aceptación acrítica de un valenciano separado del catalán y homogéneo en sí mismo, que sirve de base a les pretensiones de una normativa valenciana, es totalmente insostenible. En realidad, no constituye “el valenciano” (como por ejemplo el balear) un complejo dialectal cerrado en sí mismo. En ningún lugar se encuentran destacados grupos de isoglosas, que separen el catalán occidental de la Comunitat Valenciana del catalán occidental de Cataluña. La presunta terminación verbal no valenciana en /-o/ de la primera persona del singular del Presente de Indicativo penetra por ejemplo bastante a dentro del País Valenciano: En Alcalà de Xivert, Peníscola, Vinaròs y muchos otros sitios, se dice /canto/ y no /cante/ (según Veny 1983: 152). Por el contrario aparecen en el dialecto de Tortosa de nuevo formas tan “típicamente valencianas” como /juí/ (judici), /vore/ (veure) o /en/ (amb) (según Veny 1983: 148). El término “valenciano” desde un punto de vista puramente dialectológico no es concebible, a no ser que se quiera definir como “continuum dialectal dentro del territorio del antiguo Reino de Valencia”.

Pompeu Fabra, de manera diferente a los autores de las Normes del Puig, consideró en su normativa ortográfica no sólo todas las variantes de Cataluña, sino también las de Valencia (y de las Islas Baleares). Elementos esenciales de su normativa están al servicio del único o urgente propósito de garantizar la compatibilidad de su grafía con las variantes catalanas del sur del Ebro. Citaremos aquí dos solamente:

  1. La <-r> final sorda en catalán oriental aparece no obstante en la ortografía, ya que en una parte mayoritaria del País Valenciano [33] se pronuncia así [34] .
  2. Como en catalán oriental, la < a > i < e > átonas son neutralizadas, no habría ningún obstáculo desde este punto de vista en escribir las terminaciones plurales femeninas en <-as>, lo cual reduciría así mismo la alomorfia gráfica: < vaca/vacas; platja/platjas; aigua/aiguas >; entre otras razones, y no siendo poco importante la consideración al valenciano (y al catalán occidental en general) la < a > i < e > átonas se diferencian totalmente, y así se escribe <-es>: < vaques; platges; aigües > [35] .

A partir de diversos indicios (y no es poco destacable el hecho que ellos mismos escriben básicamente en castellano) se puede extraer la deducción que los secesionistas no están realmente interesados en una normalización de la “lengua valenciana”; más bien se trataría de la conservación para ellos mismos de un bien cultural sentido como “regional”, mientras que la parte mayoritaria de tareas asignadas a los registros lingüísticos formales estaría reservada al castellano. La “lengua valenciana” no debería realmente colocarse como variedad estándar junto al castellano o substituirlo totalmente. Desde esta función fuertemente reducida que se atribuye a la lengua, se entiende también la pretensión que el esfuerzo de aprendizaje para asimilar la normativa valenciana deba ser mínimo –en último término los valencianos deben aprender con el castellano ( “la otra lengua de los valencianos” [“l’atra llengua dels valencians”], FONTELLES/GARCÍA/LANUZA 1987: 21) la normativa de una lengua estándar “perfecta”. La poca funcionalidad que se otorga a una variedad estándar valenciana, conduce en consecuencia a otorgar un papel central a la economía de su aprendizaje, mientras que la suprarregionalidad, en la medida en que es reconocida como problema, es por el contrario accesoria. Queriendo o no, contribuye el secesionisme lingüístico así a una debilitación adicional del catalán en Valencia y favorece con ello una progresiva castellanización.

Una partición claramente disglósica de funciones entre las dos lenguas no sólo es aceptada por los secesionistas, sino por así decirlo, es buscada. No obstante todo indica que la disposición a aprender una variedad estándar elaborada de una lengua regional crece de manera exponencial con la posibilidad o necesidad de usar ésta en muchos ámbitos de la vida cotidiana. Si cae esta utilidad social por debajo de un nivel crítico, está condenado el intento de estandarización de la lengua regional al fracaso. Mientras que el “acceso a la esfera social elevada” de manera continuada también esté garantizado al castellano, “la elaboración de una lengua regional funcional va a parar al vacío. Si ella no obstante es equiparada a la forastera que ocupa un lugar más importante en esa sociedad por vía de decreto, se debería tomar en consideración que una gran parte de la población, que son poco ambiciosos filológicamente y que tienen una idea de descentralización más bien económico-administrativa, se negarán a hacer el esfuerzo de adquirir una nueva normativa lingüística universal, normativizada morfológicamente, sintácticamente compleja, con un léxico de alto nivel. Y también a cumplir con su estandarización" (PETRUCK 1991: 36-7) [36] .

En la Europa del siglo XXI una lengua sin una variedad estándar tiene poquísimas posibilidades de supervivencia.

Los secesionistas invocan pues en su argumentación (en caso de que se dé una tal argumentación) afirmaciones de hechos, las cuales en conjunto, en la medida que están abiertas al examen científico, han sido rechazadas por los investigadores especializados; en definitiva, ellos defienden no un reforzamiento, sino un debilitamiento y castellanización de la lengua autóctona de Valencia; una motivación esencial de este movimiento nace de una aparentemente irracional catalanofobia, que se disfraza como valencianofilia. El fenómeno entero tiene escasas posibilidades de prosperar y de tener éxito, desde un punto de partida estrictamente filológico, y podría por lo tanto representar un interesante objeto de investigación no sólo para la Sociolingüística, sino también para la Sociología y la Politología. Las contribuciones de extranjeros podrían ciertamente, debido a su gran distancia de la discusión diaria, de manera segura aportar nuevas e importantes opiniones, y serían por lo tanto sumamente bienvenidas. Hasta entonces, se hace un llamamiento a todos los filólogos para poner término a una nueva instrumentalización de la ciencia al servicio de propósitos puramente ideológicos, luchando contra las pretensiones científicas de las manifiestamente inconsistentes hipótesis de los secesionistas.

Bibliografia

  • BERNAT I BALDOVÍ, JOSEP: Els sainets de Vicenteta [reedición en facsímil de las ediciones anónimas “El virgo de Visanteta” (1845) y “Pascualo y Visanteta” (1861)], Sueca: Curial, 1977 (Lletra Menuda; 12).
  • BOCHMANN, KLAUS: Regional- und Nationalitätensprachen in Frankreich, Italien und Spanien, Leipzig: Verlag Enzyklopädie, 1989.
  • BORRÀS, JOAN RAMON: Les normes de l’Acadèmia: anàlisi d’una aberració, València: Eliseu Climent, 1982.
  • FERRANDO, ANTONI: “Les interrelacions lingüístiques en la València doscentista: comentaris a ls aportacions de Robert I. Burns”. En Zeitschrift für Katalanistik 2 (1989). Pp. 115-29.
  • FONTELLES, ANTONI/GARCÍA, LAURA/LANUZA, JOAQUIM: Gramatica [sic!] de la llengua valenciana, València: Del Cenia al Segura, 1987.
  • GRIERA, ANTONI: Atlas Lingüístic de Catalunya, Barcelona: Institut d’Estudis Catalans, 1923-64.
  • KLOSS, HEINZ: “”Abstand-languages” and “ausbau-languages””. En Anthropological Linguistics 9/7 (Octubre 1967), pp. 29-41.
  • KREMNITZ, GEORG: Versuche zur Kodifizierung der Okzitanischen seit dem 19. Jahrhundert und ihre Annahme durch die Sprecher, Tübingen: Gunter Narr, 1974.
  • MEISENBURG, TRUDEL: “Zur Geschichte der katalanischen Ortographie”. En Zeitschrift für Katalanistik 4 (1991), 48-67.
  • PEÑARROJA TORREJÓN, LEOPOLDO: El mozárabe de Valencia: Madrid: Gredos, 1990.
  • PÉREZ MORAGÓN, FRANCESC: Les Normes de Castelló, València: Eliseu Climent, 1982 (a).
  • PÉREZ MORAGÓN, FRANCESC: L’Acadèmia de Cultura Valenciana: història d’una aberració, València: Eliseu Climent, 1982 (b).
  • PETRUCK, CHRISTOPH: “Überlegungen zum Problem der Minderheiten- bzw. Regionalsprachen aus der Sicht der Registerforschung”. En Zeitschrift für Katalanistik 4 (1991), 28-47.
  • PITARCH, VICENT/PALOMERO, JOSEP/PASCUAL, VICENT: Penyagolosa 1: Llengua i cultura del País Valencià, València: Eliseu Climent, 1981.
  • RAFANELL VALL-LLOSERA, AUGUST: El llemosinisme. Un estudi de les idees sobre la variació lingüística en la història de la llengua catalana, Publicacions de la Universitat Autònoma de Barcelona, Tesis Doctoral (microficha), Bellaterra: UAB, 1991.
  • SALVADOR, CARLES: Gramàtica valenciana, edición conmemorativa del cincuentenario de las Normes de Castelló, València: Conselleria de Cultura, Educació i Ciència de la Generalitat Valenciana, 1982.
  • SALVADOR, GREGORIO: Lengua Española y Lenguas de España, Barcelona: Ariel, 1987.
  • SANCHIS GUARNER, MANUEL: La llengua dels valencians, València: Eliseu Climent, 1983.
  • SEBASTIÀ, J.: “El rei contra el català?”. En El Temps 384 (28 de octubre 1991 [a]). Pp. 10-2.
  • SEBASTIÀ, J. “D’acadèmies, diccionaris i definicions”. En El Temps 385 (4 noviembre 1991 [b]). Pp. 10-1.
  • VENY, J. Els parlars catalans, Palma de Mallorca: Moll, 1983.

1993 © Hans-Ingo Radatz. Este material está protegido explícitamente contra cualquier uso, copia y redistribución. Para la presente reproducción se cuenta com el permiso expreso del autor.


  1. ^ Versión original: ”Ja ha estat dit que els escriptors valencians que en els segles XV i XVI donaven normalment el nom de “valenciana” a la seua llengua vernacla, no pretenien negar la unitat idiomàtica de València amb Catalunya i Mallorca [...] (SANCHIS GUARNER 1983: 39).
  2. ^ Versión original: “D’una banda hi havia el grup moderat, restaurador i cultista, de Llorente, Querol, Labaila [...], intel.lectuals “felibres” d’escassa influència en la burgesia valenciana, la castellanització de la qual a penes no combatien. D’altra banda hi havia un sector més vitalista però certament menys culte, el de Constantí Llombart, Escalante, Liern [...], generalment autodidacta d’ascendència menestral i ideari liberal o republicà, més atrets per la saba popular que no per l’erudició”. (SANCHIS GUARNER 1983: 46).
  3. ^ Traducción al castellano: “La cantada esta pasa en el pueblo de Favara, en el reino de Valencia. El teatro representa cualquier cosa; una sala, un corral, o un pajar, y aunque sea un establo, no quiere decir nada. [...] Si hay sillas, bien, y si no hay también; el que quiera que se siente en tierra. En la pared frontera dos cuadros colgados, uno del Padre Eterno, y el otro de San Roque; [...]. Habrá también dos o tres puertas cerradas, que no se sabe hacia dónde caen, y si no las cierran, mejor. [...] Arreglado ya todo esto, encendidos los candiles, y después de dar siete, u ocho golpes la orquesta, sube hacia arriba el telón, y empieza la fiesta”. (BERNAT I BALDOVÍ 1977: 7-8).
  4. ^ Traducción al castellano: “Ahora nosotros, habemos limpiado, fijado y depurado de grafías absurdas la escritura de nuestra lengua, haciéndola fácil a todos para que todos los que hablan el idioma sepan leerlo y en consecuencia escribirlo”.
  5. ^ Por cierto fueron firmadas por algunos que más tarde fueron encendidos contrarios a las normas por ellos mismos firmadas.
  6. ^ Versión original: “[...] Eixa és la nostra gran satisfacció. Els escriptors i investigadors del País Valencià, les corporacions i publicacions més preparades de la nostra terra, amb un patriotisme que mai s’enaltirà prou, han arribat a l’acord transaccional que suposa el sistema que ací s’explana. Van sense dir que no hi ha cap vençut, puix les autoritats filològiques que sotafirmen mantenen els seus punts de vista científics, penyora viva de nous progressos [...]”.
  7. ^ Les Normes de Castelló fueron así un hecho clave, ya que establecieron un renovado vínculo de la lengua escrita valenciana con la del resto del ámbito lingüístico catalán. Por razones de simplificación, la normativa no secesionista será designada de aquí en adelante como Normes de Castelló. No obstante, no debería olvidarse que el desarrollo propio de esta normativa (morfología, morfosintaxis, léxico, etc.) fue realizado posteriormente por gramáticos como Manuel Sanchis Guarner, Carles Salvador y otros (Comparar por ejemplo con SALVADOR 1982).
  8. ^ A las pocas variantes valencianas generalmente aceptadas pertenecen: la 1ª persona del presente de indicativo en <-e> (jo cante) o terminación consonántica (jo afegesc); el subjuntivo en <-a> o <-e> (tinga, afegesca, cante); el imperfecto de subjuntivo en <-ara> o <-era> (cantara, haguera); la escritura diferente <meua, teua, seua> (en vez de meva, teva, seva) así com una cierta cantidad de elementos léxicos como: hui (=avui), eixir (=sortir) o –como en mallorquín- per favor (=sisplau).
  9. ^ Incluso para un defensor tan convencido de una España castellanohablante como Gregorio Salvador no hay ninguna duda en este sentido: “Sabemos que [el texto constitucional] se publicó en gallego, vasco, catalán y valenciano, relación que llena de perplejidad a cualquier romanista medianamente enterado, pues las dos últimas no son sino dos modalidades de la misma lengua y en un texto legislativo cabe poca variación dialectal. Pero es que la perplejidad se convierte en asombro si se decide uno a consultar el BOE del 29 de diciembre de 1978, donde se publicaron tales textos, porque resulta que el texto valenciano repite el catalán punto por punto, palabra por palabra, sin faltar coma ni variar letra” (SALVADOR 1987: 93).
  10. ^ Aunque no debería abusarse del argumentum ex auctoritate aquí, no obstante puede el sigüiente documento suplir a muchos otros y al mismo tiempo ilustrar que la Romanística internacional respecto a la cuestión del valenciano indudablemente ha tomado posiciones. En el marco del XVI Congreso Internacional de Romanistas, que tuvo lugar en la Ciudad de Mallorca en abril de 1980, redactaron los participantes un manifiesto, en el cual entre otras cosas se dice: “Los romanistas abajo firmantes [...] se oponen [...] a los intentos de secesión idiomática que propugnan en el País Valencià ciertos grupos de presión, por razones desprovistas de base científica. El catalán, como cualquier lengua, tiene una estructura definida y los romanistas del XVI Congrés consideran rechazables estos intentos de fragmentación lingüística”. Entre los firmantes figuraron entre otros: Albert Hanry, Giuseppe Tavani, Alberto Limentani, Iorgu Iordan, Xavier Ravier, Takeshi Shimmura, Veikko Väänänen, Felix Lecoy, Adriano de Gama Kury, Max W. Wheeler, Luis F. Lindley Cintra, Joseph Cremona, Herbert Peter, Alberto Várvaro, Giuseppe Grilli, Helmut Lüdtke, Marius Wandruszka, Koji Pakenchi, Brigitte Schlieben-Lange, Eugenio Coseriu, Max Pfister, Manuel de Paiva Boleo, Maria Grossmann, Michael Metzeltin, Giulano Gasca Queirazza, Sophia Kantor, Pietro Palumbo, Madeleine Tyssens, Gaston Dulong, Cesare Segre, Peire Bec, Georges Straka, Udo L. Figge, Aurelio M. Roncaglia, Gerold Hilty, Kristin Müller, Georg Kremnitz, Artur Greive, Kurt Baldinger y Antonio Geraldo de Cunha (PITARCH/PALOMERO/PASCUAL 1981: 247-8).
  11. ^ Para no tener que escribir continuamente “[sic!]”, indicamos aquí que todos los títulos, nombres y citas serán transcritos en la ortografía original.
  12. ^ Versión original: “[...] fins i tot [havia] defensat públicament la unitat del català”.
  13. ^ El hecho de que el propio manifiesto esté redactado en castellano le da la razón a Klaus Bochmann, cuando señala: “Auch heute betonen in Valencia diejenigen Kreise die singuläre Stellung des Valencianischen und bezichtigen Barcelona des Imperialismus, die am engsten mit dem früheren Regime verbunden waren und die bezeichnenderweise in ihren Veröffentlichungen Kastilisch gebrauchen” (BOCHMANN 1989: 181) [Hoy también acentúan en Valencia la posición independiente del valenciano y culpan a Barcelona de imperialismo aquellos círculos que estuvieron ligados estrechamente con el régimen anterior y que de una manera muy significativa utilizan el castellano en sus publicaciones].
  14. ^ Versión original: “Però dins l’Acadèmia aquestes normes tampoc són acceptades amb unanimitat. Per la gran majoria dels membres, no deixen de ser una anècdota la que mai empren el valencià i escriuen sempre en espanyol. Totes les publicacions i comunicats, a excepció dels de la secció filològica, són també redactats en espanyol”.
  15. ^ “La llegada del Partido Popular y Unión Valenciana a la alcaldía de Valencia han dado un apoyo institucional a las teoríes secesionistas y la concejala de educación Dolores García Broch protagonizaba [...] un nuevo acto de su representación particular. Indignada por la presencia de unos libros realizados bajo la responsabilidad de la anterior alcaldía socialista y escritos en catalán, mandaba su retención. Pero, como “no vale la pena tirarlos porque ya se han gastado unos dineros imprimiéndolos” la concejala tuvo la genial idea de disponer que fueran “regalados al presidente Pujol””. Versión original: “L’arribada del Partit Popular i Unió Valenciana a l’alcaldia de València han donat un suport institucional a les teories secessionistes i la regidora d’educació Dolores García Broch protagonitzava [...] un nou acte de la seua representació particular. Indignada pre la presència d’uns llibres realitzats sota la responsabilitat de l’anterior alcaldia socialista i escrits en català, en manava el segrest. Però, com “no val la pena tirar-los perquè ja s’han gastat uns diners imprimint-los” la regidora va tenir la genial idea de disposar que foren “regalats al president Pujol””. (SEBASTIÀ 1991 (b): 11).
  16. ^ Versión original: “La setmana passada, María Dolores García Broch, regidora per Unió Valenciana a l’Ajuntament de València i responsable de l’àrea d’educació, anunciava que donaria ordres per a canviar els rètols escrits en Valencià als museus de la ciutat i que també es canviarien les normes en què la seua regidoria redactava les notificacions a les escoles. Segons la regidora, era senzillament “corregir els textos a veritable valencià”. Les normes que formen aquest “veritable valencià” no són altres que les de l’Acadèmia de Cultura Valenciana. [...] L’Acadèmia té des d’aquest moment un suport com a guia en matèria lingüística que mai abans havia tingut. [...] Ara és l’Ajuntament del Cap i Casal, o almenys una part [...] qui l’eleva a la categoria d’autoritat. La secessió del català s’institucionalitza”.
  17. ^ Se trata en realidad de uno de los pocos libros en los que se han utilizado realmente las Normes del Puig.
  18. ^ En El Corte Inglés de Valencia notó el autor no sólo un montón de libros de cerca de 15 ejemplares en la sección de “Regionales”, sino también un montón semejante en las colecciones-inhabituales cantidades para una publicación científica.
  19. ^ Versión original: “Lo que no hi ha dubte es que no es tradicional, ni comparada, ni historica, ni -per descontat- normativa o preceptiva, perque aço ultim no es atribut d’autors personals; [...]”
  20. ^ Vide también mi recensión a FONTELLES/GARCÍA/LANUZA 1987, que apareció en 1993 a la Revista de Filología Románica.
  21. ^ “We are dealing with dialects whose speakers would certainly be reported by linguists as constituting a single linguistic community if they were at a preliterary stage. They have, however, created two literary standards which are based on different dialects and therefore characerized by all-pervading differences which, while not necessarily excluding mutual intelligebility, yet make it impossible to treat them as one unit. Striking examples are the relations existing between Czech and Slovak, Danish and Swedish, Bulgarian and Macedonian” [Estamos tratando de dialectos los hablantes de los cuales serían considerados por los lingüistas como constituyentes de una sola comunidad lingüística si estuvieran en una etapa preliteraria. No obstante, ellos han creado dos estándares literarios que están basados en diferentes dialectos y por lo tanto están caracterizados por diferencias persistentes, las cuales, aunque no excluyan la mutua inteligibilidad, hacen no obstante imposible tratarlos como una unidad. Ejemplos llamativos son las relaciones existentes entre checo y eslovaco, danés y sueco, búlgaro y macedonio] (KLOSS 1967: 31).
  22. ^ Laura García Bru, en: Levante, 1 de Octubre de 1980; citado en PÉREZ MORAGÓN 1982 (b): 38-9.
  23. ^ Comparar también con SANCHIS GUARNER 1983: 118-134.
  24. ^ Versión original: “Was a community of Romance-speaking Mozarabs on hand to welcome King Jaume and his invaders? The thesis is popular but untenable. A negligible scattering of Mozarabs, especially among the lower classes, may have survived the persecutions and mass emigrations under the Almohads, to influence the crusaders’ Catalan into a Valencian form. The abundant crusade sources are thunderously silent on any such survivors, nor did they ever serve as intermediaries during or after the crusade”.
  25. ^ Versión original: “[...] caracteritzades per una manipulació interessada els fets històrics i per una metodologia poc rigorosa al servei d’una ideologia espanyolista i, en definitiva, antivalenciana”.
  26. ^ Laura García Bru, en: Levante, 1 de Octubre de 1980; citado en PÉREZ MORAGÓN 1982(b): 39.
  27. ^ Versión original: “Les normes [de Castelló; H.-I. R.] eren una simple copia (en alguns aspectes molt roïna) de les fetes per Pompeu Fabra per a la llengua catalana anteriorment. [...] en estes bases hi ha notables insuficiencies: a) de redaccio de les normes, b) d’explicacio i documentacio, c) de fonamentacio llingüistica, d) d’absencia de grafies i, en poques paraules –la mes important-, e) falta d’adequacio a la realitat actual de la llengua valenciana [...]” (FONTELLES/GARCÍA/LANUZA 1987: 19).
  28. ^ Versión original: “Yo –com qualsevol- ya parlava i escrivia abans de vore una gramatica”.
  29. ^ Versión original: “[...] historische Sprachen , sofern diese Träger einer fortgeschrittenen Kultur sind, geschichtet zu sein pflegen in einen langage transmis und einen langage appris. [...] Die sprachlichen Ausbaudimensionen der Universalisierung und Komplektisierung [...] machen die hochsprachliche Varietät [...] zu einem Sprachsystem, welches gegenüber der Volkssprache einen unverhältnismäβig höheren Lernaufwand erfordert”.
  30. ^ Esto da a entender Bayarri: “La escritura del valenciano –y todas- responde al habla general y constante. Las letras deben ser representación de los sonidos esenciales; porque no es científico, ni siquiera de sentido común escribir letras que no tienen sonido en la palabra” (“La sqritura del valensiá –i totes- respon al parlar xeneral i qonstant. Les lletres an de ser representacsió dels sons esensials; perqe no es sientífiq, ni tan sols de sentit qomú esqriure lletres qe no tenen só en la paraula [...])” (citado en SANCHIS GUARNER 1983: 186).
  31. ^ ALCOVER, Antoni Mª/MOLL, Francesc de Borja: Diccionari Català-Valencià-Balear, Volum VII: NOSALTRES (Pp. 787-8). Debido a motivos técnicos reproduzco la transcipción un poco simplificada.
  32. ^ Vide respecto a esto la discusión en KREMNITZ 1974: 54-64.
  33. ^ Hubo en cualquier caso también otras tendencias –Joan Maragall escribía por ejemplo “dâ”, “fê” o “Senyó”, en vez de “dar”, “fer” y “Senyor”.
  34. ^ I sólo allí, como muestra el término “CANTAR” en el Atlas Lingüístico de Cataluña (GRIERA 1923-1964).
  35. ^ Vide MEISENBURG 1991: 62-3.
  36. ^ Versión original: “[...] greift der Ausbau der Regionalsprache registerfunktionell gleichsam ins Leere. Wird sie dennoch gesellschaftlich per Dekret gleichgestellt, so ist damit zu rechnen, daβ sich weite Teile der Bevölkerung, die philologisch wenig ambitioniert sind und die Vorstellung von Dezentralisierung eher ökonomisch-administrativ aufgefüllt sehen, dem Aufwand verweigern, eine weitere morphologisch normierte, syntaktisch hochkomplexe, lexikalisch hochgradig universelle Sprachnorm zu erwerben und ihre Standardisierung zu befolgen”.

<< | Índex | >>

Page last modified on March 14, 2011, at 11:58 PM
Edit - History - Print - Recent Changes - Search<
Creative Commons License © 2004-2011 Antiblavers.org i altres contribuïdors | visites
Aquesta obra està subjecta a una Llicència de Creative Commons, tret d'on s'indique el contrari.
Funcionant gràcies a PmWiki, PunBB, Coppermine, PHP, MySQL, Apache i GNU/Linux.